sábado, 27 de junio de 2009

Homenaje a Victoriano Crémer




Vivió discretamente y con holgura
los años de aquel siglo tan violento,
el tiempo descarnado y macilento
escrito en encerado de amargura.

Escrita nos dejó la cuadratura
del círculo de un Dios seco y exento,
y el canto de un San Marcos virulento,
penúltimo y total en su angostura.

Se fue don Victoriano a su espadaña
un Junio de sanjuanes y feriados,
cuando el prado moría en la guadaña

y el pan brillaba en versos rastrillados.
Se fue Don Victoriano. Queda España
más huérfana, y sus hijos más callados.




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